Persigue el control adecuado y la detección en fase precoz de ciertas lesiones cervicales, que podrían derivar en cáncer de cuello uterino. El cáncer de cuello uterino está causado por la infección persistente y no resuelta, por diversas cepas del virus del papiloma humano (VPH), siendo el diagnóstico de sus lesiones en fases precoces las que mejor pronóstico tienen y se benefician de tratamientos más inocuos.

La mejor arma preventiva a día de hoy continúa siendo la citología, que ha demostrado ampliamente disminuir la mortalidad, disponiéndose, además, de la posibilidad de detección viral y su tipaje, mediante técnicas de biología molecular que nos ayudan a ofrecer un mejor pronóstico y tratamiento.

Además, en los últimos años, contamos con vacunas preventivas contra los tipos virales más agresivos y responsables de un mayor número de lesiones. La vacunación se recomienda hoy día, tanto en niñas como en mujeres adultas, independientemente de si han estado o no en contacto con VPH.

Para completar el estudio disponemos de la colposcopia, técnica mediante la cual podemos evaluar el cuello del útero con un potente sistema de aumentos, y, aplicando unos reactivos sobre el mismo, podemos detectar áreas de sospecha y biopsiar las mismas para decidir la terapia más adecuada.